“Deportistas altamente cualificados físicamente y psicológicamente, sin miedo al peligro, que no dependen de recompensas, excitables e impulsivos”; con esta frase podemos a los individuos que realizan los
deportes extremos, deportes y actividades que se definen cómo disciplinas de alto riesgo realizadas al aire libre; es decir en plena naturaleza. Allí los
practicantes únicamente desean someterse a situaciones de peligro extremo. Con
ella buscan una liberación psíquica y física, a lo que les proporciona una
profunda sensación de placer y bienestar. Las difíciles condiciones ambientales
presentes en la naturaleza se convierten en juez, rival, incluso en
protagonista de la acción, pero lo que muchos no saben es que el riesgo siempre
es calculado ya que estas personas no quieren fallecer en el intento.
Dichas actividades y
deportes se caracterizan por ser
disciplinas deportivas en las que los participantes tienen que someterse a una
serie de retos los cuales los imponen otros jugadores o hasta el mismo campo.
Hay muchos deportes extremos que se practican sin necesidad de tener algún
estadio, o pista necesaria. En estos deportes se vive mucho la adrenalina, son
deportes en los que a toda hora el participante está lleno de adrenalina, en un
100%, pero la pregunta surge: ¿quién es el loco para lanzarse a 5.000 m de
altura o girar en 360 grados sólo con un skate?, pues depende a lo que llamemos
loco ya que vuelvo a insistir que estos deportes “en la mayoría de los casos”
el riesgo es calculado ya que por ejemplo cualquier saltador base, revisa el
equipo, las condiciones ambientales, sus posibilidades, etc. Antes de saltar
para no morir en el intento, pero esa posibilidad existe es la que hace
emocionante su práctica, “superarse ante las dificultades, enfrentarse al miedo
y progresar física y psicológicamente para ser mejor cada día que pasa” no creo
que sea una mala actitud ante la vida.
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